1. enero. 2007

calle Alameda, Santiago, Chile

25. diciembre. 2006

calle Alameda, Santiago, Chile


22. diciembre. 2006

calle Huerfanos, Santiago, Chile


20. diciembre. 2006

calle San Antonio, Santiago, Chile

19. diciembre. 2006

calle Miraflores, Santiago, Chile
Caminábamos nerviosos por calle Miraflores desde Alameda, ella tenía casi 17 y yo 18. En la segunda cuadra en un impulso poco usual en mí, le tomé la mano, me miró y me apretó fuertemente, su mano estaba mojada. Nos sentamos en el portal de una casa antigua, entre la cuarta y quinta calle, atardecía...nos miramos nerviosos, le acaricié su rostro y suavemente escondí el mío entre su cuello y su pelo, sentí su olor maravilloso. Me abrazó nerviosa y hundió sus dedos en mi espalda. Quise besarla y me quitó el rostro. Al rato insistí y accedió, sentí sus labios, sus dientes y su lengua. Mucho tiempo había deseado eso. Nos estremecíamos y nos aferrábamos el uno al otro. Pasó el rato, fue largo , hubiese querido que fuese eterno. En mi mano tenía un lápiz de cera casi derretido. Nos levantamos y caminamos abrazados...más allá nos separamos, un beso marcó el -hasta pronto-. En el portal, quedó solo una huella sobre el muro... ¡MUERA EL TIRANO! (Santiago, Chile, año 1974. Homenaje póstumo al dictador)

18. diciembre. 2006

Talagante, Chile
La medialuna aplaude a las parejas, se cantan los puntos buenos y se vitorea la mejor "atajá". Es un "rodeo" que beneficia a un huaso, que a sus 40 años cayó en esquizofrenia; son más de un ciento de amigos, familia y amantes de la fiesta huasa que se han reunido. En el "casino" (la ramada) un par de huasos cantan con acordeón y guitarra, unos cuantos bailan sus pies de cueca y el resto llena sus mesas con metros cuadrados de cerveza; en la cocina las mujeres preparan la masa, el pino y el fuego del horno para una nueva partida de empanadas.
El novillo (o el toro como muchos dicen) con su mirada asustada espera en la fila su momento para entrar a la medialuna, sangre se desprende de su cabeza, le chorrea caliente y espesa. El resto se enreda, intenta salir y escabullirse como presagiando lo que vendrá, con una picana eléctrica les aplican descargas.
Hay ganadores de las corridas, un par de canosos y experimentados huasos, que celebran con más baile y alcohol. Cae la tarde. Un combo vuela por los aires, varios sujetan a los contrincantes y la gresca se arma. Un viejo con su sombrero, espuelas y manta es ayudado por cuatro huasos a subir a su caballo, los grados de cerveza lo querían en tierra.
Se esconde el sol, en las tribunas queda solo una pareja besándose, en el casino otra pareja aún baila las cuecas de los músicos, los caballos cansados retornan a casa con sus dueños y los novillos son subidos apiñados a dos camiones.
Se entra el sol y la sangre del novillo queda esparcida sobre el terreno polvoso de la medialuna.

10.diciembre. 2006

plaza Baquedano, Santiago, Chile
Era domingo, él lavaba su ropa de la semana, fregaba la tina del baño y aspiraba el piso de su cuarto, entremedio de sus quehaceres prendió la televisión y apareció la imagen del dictador con un titulo que decía ¡Murió!. Llamó rápidamente a sus hijos y miraron durante largo rato las noticias, una profunda emoción le invadía; recordó sus amigos muertos, exiliados y torturados. Sonó el teléfono varias veces y varias felicitaciones se sumaron. Salió a la calle, todo parecía tranquilo, excepto por algunos autos que hacían sonar sus bocinas. Llegó a la plaza donde cientos y luego miles celebraban, se abrazaban, reían, gritaban y se besaban. Era igualmente extraño. Marchó de aquí para allá, de allá para acá, se mojó, gritó, se encontró con amigos de años y abrazó a muchos sin saber a quienes.
Se hizo la noche, llegó cansado a su casa, se acostó miró el techo antes, y se durmió tranquilo.

8. diciembre. 2006

Lo Vásquez, Chile
Es mediodía, estoy en Las Rejas y sentado en el último asiento de una micro. El destino Lo Vásquez. A mí lado, dos tipos que parecen gays, delante un padre con su hija joven (una morena guapa) y el resto de los asientos del final se llenan por dos familias. Ambas familias suman doce, las madres, los padres y el resto hijos chicos. Una de las mamás tiene un embarazo de a lo menos siete meses, en sus brazos sostiene a su pequeño hijo obeso quien toma un yogurt con galletas; delante la otra madre se ríe descomunalmente y celebra cada cosa de su marido y sus hijos (dos). Partimos a nuestro destino. En el trayecto, uno de los niños se caga, la madre saca un pañal para mudarlo mientras la mierda esparce sus olores, su marido -dice- tengo hambre, saca una marraqueta de una bolsa de supermercado, la abre, rompe con los dientes la punta de un paté, lo aprieta y llena el pan. Pasamos dos túneles y los gritos se multiplican. Los gays duermen casi todo el camino, el padre con su hija hablan de no sé qué, los diálogos entre las familias fluyen todo el viaje, no sé si me agrada o me perturba, solo pienso en llegar pronto ...tengo hambre. Todos queremos llegar a escuchar "venid y vamos todos, con flores a María..." y confundirnos entre la muchedumbre. Ya llegamos, hay micros, gritos, ...se venden ollas, calzones, sopaipillas, santos, espuelas, peces, asados, ciruelas, ...llego a la virgen y me siento bajo un árbol, estoy cansado no de caminar sino de tanto mundo.

3. diciembre. 2006

Cartagena, Chile
Un 2 de enero vestida de negro, Raquel, con algo más de 25 años despide los restos del que fuera uno de sus grandes amores. Una parálisis, producto de un derrame cerebral, quiso que ese “año nuevo” fuese la antesala de la muerte de su esposo. Eran las 4.15 de la tarde y cerró los ojos. Era verano y el sol brillante iluminaba las aguas del océano, frente a las “playa grande” y “playa chica” de Cartagena.
Un loco, un revolucionario, un innovador, un seductor,…se conocieron con Raquel en una fiesta de embajada, en Londres, y una vez terminada la guerra (2ª guerra mundial) se vinieron a Chile, a Cartagena.
“El otro yo de Raquel Señoret”, como diría Nicanor Parra de Vicente Huidobro.

2. diciembre. 2006

Valparaíso, Chile
El niño luego de una pataleta y tironeos logra que su madre lo suba sobre el autito en el antiguo Parque Italia y elige el que le parece será el más veloz y con el cual atravesará los senderos para derrotar a los malvados. Sin duda hace la mejor elección y vuela a gran velocidad poniendo en riesgo a un anciano, a una embarazada y a un niño que comienza a caminar. No es que el vehículo sea más rápido que el de la “Abeja Maya”, sino que es el espíritu del “icono de la cultura pop” el que lo hace romper las barreras.
Los judíos Joe Shuster
y Jerry Siegel
(el Hombre Araña, Hulk o X-Men también fueron creados por judíos), en el año 1938 no imaginaron que su personaje, se transformaría en un motor para infantes, adultos y viejos que necesitan derrotar día a día el poder del mal. Como han dicho, “Superman satisface las nostalgias secretas del hombre moderno que sabiéndose limitado y tal vez frustrado, sueña con una identidad excepcional que lo revele algún día, como un héroe”.
Mientras tanto en el Parque Italia, sin siquiera pensar en los alcances de esta mítica figura, siguen decenas de niños queriendo conquistar nuevas nuevas aventuras y vencer el duro temple de la maldad.