10 agosto 2007

plaza de armas, Santiago, Chile
11 de la mañana, la 306 viene llena, en mi paradero se desocupa. Esta vez leo "El Secuestro"de Perec, el prólogo genial ..."donde se inició el Tormento, como podremos ver después"; en el primer capítulo ya comienzo a entender poco. El sol se vuelca por la ventana llena de rayados de tribus juveniles, entra por mi chaqueta de cuero, traspasa mi sweaters gris, mi polera negra de mangas largas y toca tibiamente mi cuerpo. Es una de las maravillas del invierno. Viajaría por todo el día dando vueltas y vueltas en esta micro.
Son las 16:36 de la tarde, he hecho poco. Camino, doy vueltas y vueltas, el sol entra por mi ropa y toca mi cuerpo. El hombre no siente el sol, ni el frío, solo sus propios latidos.