18 mayo 2007

La calle está agitada. Es un día de semana como cualquiera. Un auto espera en silencio en la acera de enfrente. Ella camina rápido y despreocupada hacia su colegio, gira su rostro y ve el coche, se detiene, su bolso deja de balancearse. Un silencio se apodera de ese momento. Espera unos segundos y se dirige hacia el coche, sus tacones suenan contra el pavimento, sus trenzas cortas y su sombrero varonil dejan ver su rostro despejado, se mueve lentamente, segura, la mirada fija, su cuerpo erguido, sus labios entreabiertos. Se detiene y roza con sus dedos el vidrio de la ventana del coche, sus manos se deslizan como una caricia por ella, apega su rostro, cierra sus ojos negros y sus labios su hunden en un beso suave y prolongado sobre el vidrio. Permanece allí un instante largo. Luego, aleja su rostro lentamente, abre sus ojos, da vueltas y corre, atraviesa la calle y entra a su colegio sin mirar atrás. En el auto, el hombre la observa silencioso.
(Escena de la película “El amante” de Jean Jacques Annaud, basada en la novela de Marguerite Duras)
(Escena de la película “El amante” de Jean Jacques Annaud, basada en la novela de Marguerite Duras)
1 Comments:
Justo hoy me pinte los labios rojos... jajajaja
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