9 septiembre 2007

calle San Martín, Santiago, Chile
Un joven de jeans y camisa roja se pasea por Santiago en su bicicleta -también roja-, lleva pegada una calcomanía de Victor Jara y el Ché, una placa Suzuki (que no es de su bici), una batería y un parlante viejo ...se escuchan canciones entre los ruidos de la ciudad "...porque esta vez no se trata de cambiar un presidente, será el pueblo que construya un Chile muy diferente".
Tres mujeres llevan un lienzo y marchan desde Los Héroes-lugar de la concentración-hasta el cementerio. Son treinta calles o más; dos de ellas son ancianas y una joven, vienen de La Pincoya. Gritan, ríen, las aplauden, la policía las sigue con los ojos, -van cansadas-, transpiran, se detienen más de 7 veces. La marcha oficial ya llegó, se disolvió y muchos vuelven a sus casas, unos pocos se pelean aún con los carabineros. Marchan solas, hay dignidad en sus pasos.
Una pareja bebe cerveza en el Quitapena, cantan canciones de protesta y de otras, él toca la guitarra y ella baila con los parroquianos. En su mesa -de pie-una foto enmarcada, parece de un detenido - desaparecido. Cae la tarde. El bar se cerrará pronto ...se cierra. Se llevan las cervezas, han hechos otros amigos, y se dirigen al cementerio. Frente a los ejecutados del 73, cantan nuevamente, se sientan en frente de un nicho, ...ella llora, ...es su padre el de la foto y desapareció el 12 de octubre del 73. Venía de su trabajo en Recoleta, lo alcanzó el "toque de queda", le dispararon, quedó herido, lo llevaron a la comisaría ...luego al hospital ...nunca más lo vieron. Ella era un proyecto en el vientre materno...creció, ...hoy es una mujer, tiene esposo, tiene un hijo de 10 años que tampoco conoció a su abuelo Francisco.
Subo al metro, regreso a casa y el chico de camisa "roja" y la bicicleta aún recorre Santiago.